La microcogeneración doméstica, aplicación a pequeña escala de la cogeneración (implantada a nivel industrial) es una interesante alternativa para el suministro de electricidad, de agua caliente sanitaria y de calefacción en nuestros hogares.
Esta modalidad supone importantes ahorros en el consumo y en el gasto económico, y repercute positivamente en el medio ambiente al disminuir el volumen de emisiones contaminantes a la atmósfera. Se trata, por lo tanto, de una tecnología rentable, de gran eficiencia energética.
El equipamiento de estas instalaciones se fundamenta en una caldera de tamaño similar a las convencionales, o incluso más pequeña, que puede ubicarse en la cocina o en el sótano de la vivienda. Si se trata de una instalación para el suministro de electricidad, de agua caliente sanitaria y de calefacción en una comunidad de vecinos, la maquinaria se situará en el cuarto de calderas.
Las ventajas de la microcogeneración doméstica con respecto a otras tecnologías rentables, de gran eficiencia energética, como las placas solares térmicas, por citar un ejemplo bastante extendido actualmente, son las siguientes: su independencia de las condiciones meteorológicas; la innecesariedad de completar el suministro con otros sistemas secundarios; y la invisibilidad de la instalación.
Funcionamiento y beneficios
El funcionamiento de una caldera de microcogeneración doméstica es similar al de una caldera de condensación, en el sentido de que ambas aprovechan el calor proveniente de la condensación de los humos de la combustión o del motor, respectivamente, para generar con él mismo agua caliente sanitaria y calefacción. Además las dos son calderas de alto rendimiento.
El equipamiento de microcogeneración doméstica se puede programar para que opere a modo de caldera, es decir, en función de la demanda de calor, o para que lo haga a modo de generador eléctrico, de forma que suministre el consumo hasta alcanzar su potencia máxima, y que destine la energía térmica generada al agua caliente sanitaria y a la calefacción. También se puede programar de modo combinado.
Uno de los principales beneficios de esta tecnología es que el consumidor se convierte también en productor, y puede incluso devenir comercializador de electricidad, si vende a la compañía suministradora la cantidad sobrante de su propio consumo.
Otras ventajas de la microcogeneración doméstica son: su independencia del abastecimiento eléctrico externo y de las condiciones meteorológicas; la ausencia de olores desagradables y de ruidos provenientes de la caldera; su autosuficiencia para cubrir las necesidades térmicas de la casa o del bloque de viviendas; su condición de amortizable en un breve periodo de tiempo; su rentabilidad -se estima que el gasto en agua caliente de una comunidad de vecinos puede reducirse a la mitad con este sistema-, y su gran eficiencia energética, pues contribuye a reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera.
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